El estado indio de Mizoram se enfrenta a la hambruna
La devastadora infestación de ratas se repite en Mizoram, que está cubierta en un 30% por bosques de bambú, cada 48 años cuando una especie particular de planta comienza a florecer. Las ratas que viven en los bosques comienzan a devorar frutos de bambú ricos en proteínas y se multiplican intensamente. Si en condiciones normales sobrevive una cría de rata de cada 100 nacidas, durante la floración del bambú, hasta el 80%. Los científicos desconocen la naturaleza de este fenómeno.
La última vez que floreció aquí el bambú fue en 1959, después de lo cual las ratas que se multiplicaban destruyeron todos los cultivos de patatas y cereales. La hambruna que siguió provocó disturbios y una guerra civil que duró más de 20 años."Las ratas empezaron a salir de los bosques en agosto y destruyeron entre el 90 y el 95% de la cosecha", dijo Gohain, que regresó de un viaje a las zonas afectadas.
Según él, hace tres meses, “si conducías por la autopista, podías ver cientos y cientos de ratas cruzando la calle”.
Ahora las ratas, que no han dejado nada comestible ni para las personas ni para ellas mismas, mueren en masa de hambre. "Si sales al campo, sientes un olor cadavérico debido a la descomposición de los cadáveres de ratas", dijo Gohain.
Al quedarse sin comida, la gente de Mizoram se ve obligada a comer raíces y recolectar frutos de plantas silvestres.
"Todos los días los aldeanos van al bosque a desenterrar raíces o recoger plátanos. Cada día tienen que profundizar más y más en busca de comida. En algunos lugares pasan de tres a cuatro horas en el camino", dijo el interlocutor de la agencia.
Según Gohain, la muerte de las ratas no pone fin a la hambruna en Mizoram, ya que el suministro de alimentos está disminuyendo y los agricultores se están quedando sin semillas.
“Si no se organiza con urgencia el suministro de semillas, es posible que estallen disturbios en Mizoram. Ahora que la temporada de siembra está en marcha y la gente no tiene nada que sembrar. ¿Qué pasará el año que viene?” - dice Gohain.
En octubre del año pasado, las autoridades estatales ofrecieron una recompensa por exterminar a las ratas. Por cada animal sacrificado pagaban 2 rupias (alrededor de 1,2 rublos). Como confirmación era necesario traer una cola de rata. El llamamiento encontró una animada respuesta entre los residentes de las zonas afectadas por las plagas de ratas, pero no ayudó a evitar el desastre.
